Relaciones

El otro día comentaban en una tertulia que estamos viviendo la era anti-age donde el síndrome de Peter Pan se multiplica más que las tonterías de Madame Beckham y por tanto la adolescencia se alarga bastante. Hasta el punto que la industria televisiva americana apuesta ya por personajes de la treintena en sus series dedicadas en un principio a tiernos jovencitos. Y mientras los que manejan el mercado y los medios han decidido poner Botox a la edad, muchos vivimos con la sensación de que actuamos en un papel que no nos corresponde, sólo porque el escenario que diseñó esta sociedad está lleno de miopes estereotipos que marcan cómo ser a los 30, 40, 50, o 70.


Qué no señores, que el discurso sobre que no se puede ser adolescente a los 35 ronda la estrechez mental congénita. Otra cosa es que la engañosa economía boyante que nos venden te deje ser como quieras, y entonces decidir si quieres seguir comportándote como uno de 18 o cómo uno de 40; pero de verdad qué es esto de tener 40, tener hijos, un trabajo fijo, una hipoteca...¿y si no das este perfil y prefieres estar soltero, disfrutar de tus relaciones de larga o corta duración, pasear a tus sobrinos, y cambiar de trabajo cuando puedas o te apetezca, significa que eres entonces una adolescente? ¡qué sandez!


Los sociólogos que van a estas tertulias no se enteran que todo está en plena transformación. Se está acabando ejercer los roles de nuestros padres, el sistema convencional familiar donde hombre y mujer caen en los papeles de proveedor y nutridora o que uno se empodere del otro. Ahora lo que se lleva son las relaciones multi-dimensionales. Por eso el tema de lo que toca hacer en cada edad es de ignorante con cornete de fresa. Lo que ahora acontece son las asociaciones creativas, relaciones sin prisiones, abortar los patrones antiguos de dominación, control y apego, porque lo importante es relacionarse sin importar el sexo, la clase o raza. La monogamia masculina/femenina dentro del matrimonio está caducándose, por fin la nueva sociedad está aceptando otros tipos de relaciones. Ha llegado el momento en que el ser humano experimente la aventura del crecimiento, de soltarse y no quedarse apegado a relaciones nocivas. Los tiempos cambian y el mercado se olvida que las relaciones humanas ya no sólo se mueven en la tercera dimensión.


Iolanda Clop (Diario Metro Barcelona)

1 comentarios:

Anonymous 19 March 2008 at 13:17  

Chapeau! ;)

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